Para la realización de este vestido, Ana nos marcó algunas directrices. Le apetecía una prenda fluida , que insinuase su figura, pero que a la vez fuese romántica y delicada.
La pareja se casaba en un espacio de principios de siglo, con una marcada línea “Art Noveau”. Aprovechamos ese detalle como leitmotiv para desarrollar el concepto del vestido. Para ello, escogimos un tul de seda, en tonos beige, con unos maravillosos bordados a lo largo de la falda, que apoyaban a la perfección nuestra romántica propuesta. Escote y falda iban drapeados y unidos entre sí, por unas finísimas tiras bordadas de pedrería.
Fotografía: Antonio Herranz Peluquería : Alberto Lloret Maquillaje: Anabel Lopez Dirección artística: Nikita Nipone