Carlota nos transmitió su pasión por los zapatos. Desde muy pequeña, se encaprichó con los zapatos que llevó su madre el día de su boda y consiguió guardarlos, para poder lucirlos en la suya.
Al ver la marcada linea de diseño de estos, se me vino a la cabeza un tejido, que guardaba desde hacía mucho tiempo para una ocasión muy especial. Un tul de seda, con bordados en forma de pequeños círculos de lame plateado y bolas de cristal cosidas a mano, una verdadera joya. Al colocarlo sobre su cuerpo, se produjo una verdadera simbiosis. Sin ninguna duda, Carlota decidió que ese tejido, era el que le acompañaría, en un día tan especial.
Fotografía: Antonio Herranz Dirección artística: Nikita Nipone
